viernes, 13 de mayo de 2011

CABALLO PERUANO

El Caballo Peruano



Para estudiar el caballo peruano de nuestros días es necesario remontarse a su antecesor, el caballo español, ya que este animal dio origen a nuestro corcel típico. Por el siglo XV, en cuyo final se descubre y se inicia la conquista de América, existían en España tres tipos principales de caballos: el tipo español, el tipo andaluz berberisco y el tipo de jaca o hacanea, procedentes de otros lugares que habían sido llevados a la península ibérica. Hay que dejar en claro que si bien es cierto por las venas de nuestro ejemplar equino corre sangre árabe, esta se manifiesta hoy muy escasamente, no percibiéndose en el caballo peruano casi ninguna continuidad de tan remoto antepasado.
Con las modificaciones del ambiente y los cruces con otros tipos después de su llegada a América, se han formado diferentes caballos que han constituido razas de caracteres bien definidos. Se ha formado, por ejemplo, el criollo argentino, el caballo chileno y, por supuesto, el ‘Caballo Peruano de Paso’. Pero vayamos por partes: Primero se introdujo en nuestro país la típica afición española a las corridas de toros. El primero que lo hizo fue el propio Francisco Pizarro, quien toreó a caballo justamente donde actualmente está ubicada la Plaza de Armas de Lima. El 5 de Marzo de 1864 se da la introducción al Perú del caballo de carrera. Al respecto, el diario El Comercio señaló: “La semana principió bulliciosa con las carreras de caballos que tuvieron lugar en Bellavista con una concurrencia de cuatro mil personas... La primera carrera se hizo salvando vallas, y la segunda a la usanza peruana: cabalgando los jinetes a pelo, en espuelas y armados de grueso látigo. Las funciones hípicas contribuirán al fomento y multiplicación de las crías e influirán en el mejoramiento de las razas”.
Así fue durante mucho tiempo. Sin embargo, llegó el momento en que los animales debían ser sometidos a una educación progresiva, con el objeto de amansarlos. Con un trabajo constante, moderado y cuidadoso, se lograron animales dóciles para que posteriormente sean fáciles de adaptar a las necesidades del hombre. El Caballo Peruano de Paso es el resultado de ello, una raza tardía, longeva. Su tratamiento fue largo y prolongado. El adiestramiento de este animal es un proceso maravilloso, que consiste en convertir un caballo peruano en un animal de freno. Consta de cuatro fases bien marcadas para lograr un caballo completamente dócil y obediente


Estas son: Quebrante, embozaladura, cuatro riendas y freno. Está comprobado que el chalán y el enfrenador han contribuido enormemente a la formación de nuestro caballo de paso. Como ejemplo, podemos citar que a pesar de las repetidas veces que se han exportado caballos peruanos a otros países, estos no han dado los resultados esperados debido a la falta de o deficiencia del factor hombre.
Don Pedro de Zavala, Marqués de Valle Umbroso, a su regreso a España después de haberse proclamado la Independencia del Perú, realizó tenaces ensayos para imitar la creación de un tipo similar al nuestro y hacer gozar a los españoles de la ‘Suerte Nacional Peruana’ (tradicional fiesta de antaño en el Perú).
Todo su entusiasmo fue inútil debido a la falta de colaboración del hombre, vale decir, a la ausencia del chalán y el enfrenador peruano. Chalán es el individuo que amansa y quebranta un caballo, pero también es un buen jinete. Se dice que los chalanes eran negros libres de gran vigor y desempeñaban este trabajo con mucho celo. En épocas más recientes, cuando la Av. Grau aún no estaba pavimentada y habían allí huertas y vivanderas, era costumbre de los enfrenadores, en los potreros adyacentes y en la misma avenida –tras beber unos tragos de Pisco– lucir sus caballos ante la admiración de los transeúntes.


A pesar de haber transcurrido más de 50 años desde que se iniciaron los concursos regionales y nacionales, hasta hace poco no se lograba una eficiente calificación, ya que en las competencias actuales todavía se presentan animales bastante heterogéneos. Sin embargo, se ha hecho mucho para mejorarla, habiendo sido el paso más adelantado la reunión de jurados hábiles. La calificación debe eliminar a todos aquellos animales que no sean suaves, aunque tengan término, y así ha quedado establecido, darle 60% de suavidad y 40% v a la morfología. Tratándose del Caballo Peruano de Paso debemos ser más exigentes en su suavidad, y luego observar los aplomos en los cuales se involucra hasta el casco, la docilidad, la alzada y finalmente el color. Gracias a la fuerte cohesión de los expositores, se acordó crear, en 1948, la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios del Caballo Peruano de Paso. La Asociación, en su afán de mejorar la raza peruana de paso, sobre todo en lo referente a su desplazamiento, y teniendo presente la importancia de la selección para el futuro, inició concursos regionales en todo el Perú. En vista de los éxitos obtenidos, se realizó el más importante en Lima, denominado Concurso Nacional, donde se presentaron animales de todos los departamentos del país. En estos concursos la calificación estaba a cargo de hasta tres jueces, pero luego solo quedaron dos: uno para la parte zootécnica y uno especial para enfrenadura.
El Caballo Peruano de Paso es un equino criollo de silla. La suavidad de su desplazamiento, condición indispensable, es consecuencia de la sincronización de sus batidas. Hay una frase que define muy bien a nuestro maravilloso Caballo Peruano de Paso: “Bello es el animal que bellamente funciona”.

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