miércoles, 11 de enero de 2012

EL CABALLO




Un Califa de Bagdad llamado Al-Mamun poseía un hermoso caballo árabe del que estaba encaprichado el jefe de una tribu, llamado Omah, que le ofreció un gran número de camellos a cambio; pero Al-Mamun no quería desprenderse del animal. Aquello encolerizó a Omah de tal manera que decidió hacerse con el caballo fraudulentamente.

Sabiendo que Al-Mamun solía pasear con su caballo por un determinado camino, Omah se tendió junto a dicho camino disfrazado de mendigo y simulando estar muy enfermo. Y como Al-Mamun era un hombre de buenos sentimientos, al ver al mendigo sintió lástima de él, desmontó y se ofreció a llevarlo a un hospital.

-Por desgracia, -se lamentó el mendigo, -llevo tres días sin comer y no tengo fuerzas para levantarme-.

Entonces, Al-Mamun lo alzó del suelo con mucho cuidado y lo montó en su caballo, con la idea de montar él a continuación. Pero en cuanto el falso mendigo se vio sobre la silla, salió huyendo al galope, con Al-Mamun corriendo detrás de él para alcanzarlo y gritándole que se detuviera. Una vez que Omah se distanció lo suficiente de su perseguidor, se detuvo y comenzó a hacer caracolear al caballo.

-¡Está bien, me has robado el caballo!-, gritó Al-Mamun. -¡Ahora sólo tengo una cosa que pedirte!

-¿De qué se trata?-, preguntó Omah también a gritos.

- ¡Que no cuentes a nadie como te hiciste del caballo!-

- ¿Y por qué no he de hacerlo?-

- ¡Porque quizás un día puede haber un hombre realmente enfermo tendido junto al camino y, si la gente se ha enterado de tu engaño, tal vez pase de largo y no le preste ayuda!-

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