TRATORNOS NEUROLÓGICOS Y PROBLEMAS DE CONDUCTA:
El caballo siente dolor, miedo, angustia, calor, frio y una amplia variedad de sensaciones. Responde con rapidez a los estímulos internos y externos, ya que posee un sistema nervioso muy desarrollado, está formado por el cerebro, la espina dorsal y una gran red de nervios periféricos. Cualquier lesión de las células y fibras nerviosas debida a traumatismos, infecciones o envenenamiento tendrá un efecto inmediato y potencialmente grave.
TÉTANOS:
El tétanos es un trastorno nervioso muy grave en el caballo, siendo casi siempre fatal, está causado por una neurotoxina producida por la Clostridium Tetani, bacteria que prolifera en los excrementos y en los materiales oxidados. El animal se infecta cuando la bacteria penetra por una herida punzante, aunque también puede invadir el organismo a través del cordón umbilical de los potrillos y por la vagina tras el parto, el periodo de incubación es, por lo menos, de tres semanas, los primeros síntomas son una rigidez muscular generalizada y ansiedad. El animal mostrará una dificultad progresiva para tragar, pudiendo también mantener la cola rígida hacia atrás. El párpado del “tercer ojo”, aparece en el lado medio del ojo, las orejas permanecen tiesas y los ollares dilatados, muy pronto, el animal experimentará espasmos, con la cabeza hacia atrás y las piernas extendidas. En los casos leves a veces se salvan, pero si el animal empeora y los espasmos se agravan, es más apropiado practicarle la eutanasia. Un animal con tétanos debe ser dejado tranquilamente en la oscuridad, tratado con dosis altas de penicilina y antitoxinas, para reducir los espasmos musculares. El tétanos puede ser evitado mediante vacunación. Las dosis iniciales se suministraran con seis semanas de intervalo, con revacunación un año más tarde. Las revacunaciones se le dan cada dos o tres años, los animales con riesgo especial que no han sido vacunados deben tomar dosis preventivas de antitoxinas.
ENVENAMIENTO POR ZUZÓN:
En su conjunto, los caballos no comen alimentos con sabor desagradable, y el zuzón (Planta venenosa – seneciojacobaea), maduro sabe mal, sin embargo cuando está seco entre el heno, resulta menos amargo y es fácil que el caballo se lo coma, también lo puede comer en un prado si pastos, cuando no tenga a su alcance otro tipo de hierba. Los síntomas pueden tardar tiempo en manifestarse y son el resultado de un fallo hepático. El animal se queda ciego y totalmente incapaz de percibir su entorno, tropezará con cualquier obstáculo y deambulara en círculos, en otros casos presionara su cabeza contra la pared y se volverá agresivo. Una vez aparecen los primeros síntomas, la enfermedad no tiene cura, y el animal deberá ser sacrificado. Si el animal no muestra síntomas de trastorno neurológico, unas altas dosis de vitaminas y una dieta fuerte en carbohidratos puede contribuir a combatir el fracaso hepático.
SINDROME DE DESADAPTACIÓN NEONATAL:
Este síndrome tiene muchos nombres distintos, que incluyen el de “potrillos tontos”, “potrillos locos”, etc. Se da con más frecuencia entre los Purasangre, en las primeras 24 horas de vida. Los síntomas incluyen que el potrillo deambule sin rumbo, aparentemente no come nada. Se pueden alternar con periodos de coma intercalados con convulsiones. No existe un tratamiento especifico, y solo hace falta un alto grado den atención y cuidados. Su etiología no se conoce bien, aunque pudiera estar implicado el virus del herpes equino del tipo 1, que puede provocar trastornos neurológicos en los potrillos. El pronóstico por lo general es muy malo.
EPILEPSIA Y NARCOLEPSIA:
La epilepsia, los ataques y la narcolepsia (quedarse momentáneamente dormido y a veces cayéndose), no constituyen un fenómeno raro entre los caballos. Aunque el tratamiento para la epilepsia puede controlar las convulsiones, no resulta seguro montar estos caballos, la mayoría han de ser sacrificados, ya que durante los ataques suelen autolesionarse durante los ataques epilépticos.
PLOBLEMAS DE CONDUCTA:
Los más comunes “vicios de cuadra”, incluyen el bamboleo de cabeza, el cabeceo de arriba abajo, dar vueltas por la cuadra, mordisquear el comedero, aspirar aire (los caballos que muerden los comederos colocan los dientes sobre una superficie horizontal y mordisquean, al mismo tiempo, flexionan el cuello y toman aire, gesto a menudo acompañado por un gruñido perfectamente audible), masticar madera y las automutilaciones. Desde siempre han sido considerados como deterioros del caballo, afectando a su efectividad y sus resultados. Tales conductas repetitivas, se definen habitualmente como modelos fijos y repetitivos de conducta sin una finalidad obvia. Como se desarrollan a lo largo de los años, resulta muy importante aprender a reconocer estas conductas en los ejemplares jóvenes. Las conductas compulsivas son con frecuencia respuestas al estrés que provocan ciertas medidas tomadas con el caballo. Una vez consolidadas, resulta prácticamente imposible su erradicación, ya que el cerebro y el sistema nervioso actuarán siempre para mantener la conducta anormal, incluso cuando el caballo ha sido liberado de la situación que lo provocó.
La falta de contacto con otros caballos, el tiempo inapropiado dedicado a alimentarse o salir a pastar, ciertos tipos de cuadras o box, un destete brusco, ejercicio insuficiente y sistemas estresantes de entrenamiento son causas potenciales de conducta compulsiva. No hay evidencias definitivas de que los caballos puedan aprender de otros las conductas compulsivas, imitándoles, pero resulta evidente que es muy estresante para un animal permanecer al lado de otros con esas conductas, esto puede explicar que los caballos que comparten cuadra con otros con problemas de conducta, a menudo desarrollen ellos mismos síntomas similares.
Para evitar que los animales desarrollen conductas compulsivas, algunos artilugios, tales como collares de comedero y rejillas antibamboleo, junto a electroshocks, medicamentos y cirugía pueden proporcionar algún alivio a los desesperados propietarios, pero al final estos remedios alivian los síntomas, pero no atacan las causas.
De los animales de compañía adecuados a acompañar a caballos para que no estén solos, resultan muy cómodas las cabras y ovejas, aunque ambos animales tienen sus propias exigencias nutricionales y deben ser atendidas, las ovejas son un poco más difíciles de atender, ya que necesitan ser esquiladas anualmente. (Los caballos de salto en particular parecen necesitar este tipo de compañía).
0 comentarios:
Publicar un comentario