martes, 3 de enero de 2012

CABALLOS Y EL MALTRATO

Recuerden, estos anuncios no se ponen para que sigamos maltratando a los caballos, se ponen para no volver a maltratarlos!



Hacinados en un camión sin agua, comida ni reposo, cada año 80.000 caballos son importados por Italia para ser consumidos como carne. La mayoría proviene de España, donde un buen número de ganaderos ha encontrado en el gusto de los italianos por los filetes y carpaccios de caballo un lucrativo negocio que vulnera todas las normativas de la Unión Europea referentes al transporte de animales vivos.

Según ha denunciado la asociación italiana de defensa de los animales Lav, los caballos son tratados como si fueran gallinas y pasan al menos dos días encerrados en un camión desde que salen de nuestro país hasta que llegan a Italia. Aunque la normativa comunitaria exige que estos animales sean transportados en remolques individuales cuando van a sufrir viajes largos, lo habitual es que se introduzcan a bastonazos hasta 30 ejemplares en los camiones. La falta de espacio impide que los caballos puedan reposar y les obliga a mantener un equilibrio precario minado por las curvas, frenazos y acelerones.

Lav, coordinada con una campaña internacional de la organización “Handle with care” (manipular con cuidado), ha presentado un vídeo en el que documenta el recorrido de los caballos desde que salen de España hasta que llegan a Italia, donde les espera el matadero para ser luego vendidos como carne. El vídeo muestra numerosos momentos de sufrimiento de los animales aunque, según afirman los responsables de Lav, no es suficiente para hacerse una idea de la situación que se vive en los camiones. Los caballos deben hacer frente al cansancio, el hambre y la sed además del hedor de los excrementos y orines, los cuales emiten un fuerte olor a amoniaco que irrita las vías respiratorias.

“Para hacer una comparación, hay que imaginar lo dramático que sería que miles de personas fueran hacinadas en un autobús o en un vagón del metro durante 36 ó 46 horas consecutivas, sin posibilidad de moverse, sin agua ni comida y sufriendo el frío y el calor”, afirma Roberto Bennati, vicepresidente de Lav.

Aparte del maltrato que significa el transporte de caballos en estas condiciones, la organización italiana también advierte de la pérdida de calidad que sufre la carne de los animales al pasar por esta experiencia. Debido a las lesiones, a los golpes de calor y al síndrome de estrés, las partes del caballo que pueden ser aprovechadas como carne de alta calidad disminuyen. Además, también son comunes los casos de salmonera, que aparece por la hacinación.

Los consumidores italianos no tienen constancia del recorrido por el que pasa el caballo desde que sale de España hasta que llega a su mesa convertido en filete. “La gente no viene informada correctamente sobre el origen de estas carnes”, denuncia Bennati, quien pide a la Unión Europea una legislación más dura sobre las condiciones de transporte de los caballos.

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En este foro esta el amante de los caballos... Invitado

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