Andando, casi paseando, he llegado al Valle de las Tierras Rojizas. Me gusta contemplar este paraje, donde los caminos y las montañas son tan coloristas. Su visión me da valentía y coraje.
Allí me encuentro con dos grandes amigos, personas que me enriquecen con sus palabras. De nuestra conversación de hoy, me ha emocionado especialmente una frase llena de sabiduría que les dijo su padre (indio winnevago) en 1923.
Hijos míos, no hagaís nunca daño a nadie cuando recorráis el camino de la vida, no sea la causa de tristeza para ninguna persona. Al contrario, si en cualquier momento podéis hacer feliz a alguien, hacedlo.Hemos pasado casi todo el día juntos disfrutando de la Naturaleza en este lugar mágico de las Tierras Rojizas. Mientras nos despedimos afectuosamente hasta el próximo encuentro, me siento muy agradecida por todo lo que hemos vivido
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