CABALLOS DE PASO PERUANO
Chalán, Sr. José Risso Matellini conduciendo a su potro Campeón de Campeones, J.R.M. "Resplandor"
Considerados únicos en su género por su conformación anatómica y peculiares formas exteriores, el caballo de paso peruano forma parte del rico acervo cultural nacional, reconocido en todos los rincones del mundo. Es sinónimo de nobleza y fidelidad, temperamento y altivez, y lleva en su monumental y elegante figura un cúmulo de virtudes que lo enseñorean como una de las más atractivas manifestaciones de tradición de la más pura estirpe nacional
Muchos, al observar con admiración el trote galante de su paso, lo atribuyen a la complicada topografía y estructura del suelo peruano. Su garbo y finura han inspirado poemas y canciones propias del sentimiento popular de la costa. ¿No será su forma de moverse, el resultado de una autoselección natural u orientada por el hombre peruano de acuerdo a las necesidades de nuestro terreno?
Ya en el siglo XVII, se le menciona en la inmortal obra "El Quijote de la Mancha" del célebre don Miguel de Cervantes Saavedra, en un diálogo entre el ingenioso Hidalgo y su fiel Sancho que dice:
" De allí le ha sacado Malambruno con sus artes y le tiene en su poder y se sirve dél en sus viajes, que los hace por momentos, por diversas partes del mundo, y hoy está aquí y mañana en Francia y otro día en Potosí; y en lo bueno que el tal caballo ni come ni duerme, ni gasta herraduras y lleva un portante por los aires, sin tener alas que el lleva encima puede llevar una taza llena de agua en la mano sin que se le derrame gota, según camina llano y reposado; por lo cual la linda Magalona se holgaba mucho de andar caballera en él.
" De allí le ha sacado Malambruno con sus artes y le tiene en su poder y se sirve dél en sus viajes, que los hace por momentos, por diversas partes del mundo, y hoy está aquí y mañana en Francia y otro día en Potosí; y en lo bueno que el tal caballo ni come ni duerme, ni gasta herraduras y lleva un portante por los aires, sin tener alas que el lleva encima puede llevar una taza llena de agua en la mano sin que se le derrame gota, según camina llano y reposado; por lo cual la linda Magalona se holgaba mucho de andar caballera en él.
A esto Sancho dijo: "Para andar reposado y llano, mi rucio, puesto que no anda por los aires; pero por la tierra, yo lo curtiré con cuantos portantes hay en el mundo".
Pero lo cierto es que ese modo peculiar en el andar del caballo peruano de paso se debe a su combinación de sangres, pues ni bien llegado al Perú, el ejemplar español fue expuesto a un proceso de selección, en mezcla de sangres de diferentes tipos de equinos: las jacas (yeguas de pequeña estatura) navarras y castellanas con las de los Berebere y Arabe.
Bailando marinera peruana en un evento con caballos de paso del Perú
El híbrido resultante conservó de las jacas la elevación de los miembros delanteros; de los Berebere, el modo de andar o ambladura y algunos rasgos exteriores; y, finalmente, del árabe, su delicada belleza.
Pero fue del Berebere, que mantuvo casi intacto la sincronía en su andar, en ese movimiento de patas en forma lateral, mano y pata a la izquierda y mano y pata a la derecha; o en la forma de cruz o diagonal, similar al de un felino, añadiéndose a estas, las otras particularidades propias del caballo de paso peruano.
Aunque si bien es cierto que estos ejemplares nacen con estas características, la constante dedicación y adiestramiento por parte del hombre adecúan, perfeccionan y pulen aquello que emana de su propia génesis.
Son diversos y llenos de matices los colores que adornan al caballo de paso peruano: simples, como en el alazán de pelajes rubio-rojizos, el negro y el blanco; compuestos, como el bayo de pelaje amarillento, el castaño y el saíno, entre rojizo y negro; compuestos y mezclados, como el tordillo de pelaje cano, el moro de reflejos azulados, el rosillo de pelos blancos y rojizos, el lobo de pelos negros y amarillentos, el roano de pelos blancos, negros y rojizos, el flor de romero cuya mezcla es del tipo tordillo con lobo, y pío u overo de pelaje de cualquier color con manchas
Aunado al espectáculo propio del andar artístico y grácil del caballo peruano de paso, se encuentra el chalán, ese personaje que montado sobre Èl, domina las riendas, dándole aún mayor colorido a las exhibiciones y suscitando gran expectativa en un público ávido de tan magistral desfile.
Su atuendo de jinete es una adaptación del vestuario de las características climáticas de nuestro país, considerando las largas caminatas a través de las distintas regiones del país.
Demostración de enfrenadura del Caballo Peruano de Paso del señor José Antonio Dapelo ante el Rey de España Juan Carlos de Borbón el 23 de noviembre de 1978.
Su indumentaria típica da colorido a la fiesta y está hecha primordialmente para zonas tropicales, y darle comodidad para pernoctar en los interminables viajes que realizaba tratando de llegar al final de la jornada en aceptable estado y con buena presencia a pesar del cambiante y sinuoso camino.
Esta vestimenta consta de sombrero de paja de junco o de toquilla, pañuelo blanco anudado al cuello, poncho fino de lana de alpaca o vicuña, botines de cuero curtido, zapatos altos y espuelas brillantes que le dan singular galardón a su exhibición.
Elegantes chalanes y sus Caballos Peruanos de Paso desfilan con altivez
Las competencias entre los ejemplares más finos y elegantes de las caballerizas se iniciaron oficialmente en 1945, con la presencia del Primer Mandatario de la Nación, Manuel Prado Ugarteche. Sin embargo existen datos que nos dan cuenta de anteriores competencias como el Concurso de Reproductores, en 1899, en la Plaza de Acho de Lima -actual Plaza de toros- y la exposición que conmemoró el Centenario de la Independencia del Perú en 1921.
Otro evento que corrobora lo dicho es el Concurso de Caballos de Paso en 1929, que tuvo lugar en la Pampa de Amancaes y cuyo principal auspiciador fue el entonces presidente, Augusto B. Leguía.
Como ya se mencionó, fue en 1945 que se instituyó oficialmente el Concurso de Caballos de Paso gracias al empeño de señores Wenceslao Rossel y Javier Larco Hoyle, quienes pusieron la primera piedra con la idea de formar una agrupación para orientar, proteger y estimular la crianza de estos animales. Es asÌ que se llevó a cabo en el Club Hípico el Primer Concurso Nacional de Caballos de Paso Fino y años más tarde nace la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios de Caballo Peruano de Paso
En cada evento participan aproximadamente 500 caballos, en 60 categorías y 24 premios especiales. La máxima categoría es la de Campeón de Campeones. Si un caballo consigue el cetro tres veces se convierte en "Laureado", título cumbre que solamente unos cuantos ejemplares han alcanzado, entre los que figuran: Caramelo (1974), Regional (1972), Cascabel (1977), Sol de Paiján (1982) y Predilecto (1987). Entre las yeguas ganadoras tenemos: Gitana ( 1970), Ximena (1976), Regina (1979) y Doña Luisa ( 1991).
Para catalogar a un caballo de paso como modelo ejemplar se tienen en cuenta las siguientes medidas estética: largo del animal, largo de cabeza, largo del cuello, ancho del cuello, ancho del pecho, altura de la cruz, largo de la grupa, perímetro toráxico y esternón del suelo.
A estas características, se añaden la delicadeza y vistosidad del llamado "apero nacional" que utiliza el caballo en su andar. El apero no es más que el conjunto de arreos o avíos que lleva encima el caballo, conformado por los siguientes elementos: el terno de cabeza o jato, la falsa rienda, la montura peruana, los estribos y el pellón.
Caballo Peruano de paso entrenando en pleno invierno en EEUU.
Así engalanado, el caballo de paso peruano está listo para participar en las distintas competencias que se realizan en Lima (Lurín y Cieneguilla), al norte del Perú en Chiclayo, y al centro, en Huancayo. Estos eventos nacionales convocan a los propietarios y criadores de caballos de las más finas razas equinas, en una comparsa marcial que desata un eufórico y multitudinario aplauso del público espectaculo.
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El caballo de paso peruano, un patrimonio cultural de la nación
— El caballo de paso peruano, cuyo andar único en el mundo es el resultado de siglos de perfeccionamiento, es un patrimonio cultural de la nación para los peruanos, que a lo largo de los años le han rendido homenajes y profesado su admiración.
Abril es el mes en que los criadores de este corcel organizan charlas y concursos para mostrar las bondades de este animal bajo las riendas de sus chalanes (jinetes), en exhibiciones que combinan la andadura de estos corceles con las danzas propias de la costa peruana.
El estilo único de estos ejemplares podrá ser admirado por los asistentes a las cumbres presidenciales programadas para este año en Perú: la cumbre de América Latina y la Unión Europea, en mayo, y la del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC), en noviembre.
Un caballo de paso peruano con su entrenador
El caballo peruano de paso es una raza oriunda de Perú, descendiente de los ejemplares introducidos en el siglo XVI durante la conquista española y los primeros tiempos de la colonia.
Los estudiosos señalan que los ascendientes de estos animales son de raza andaluza, que fueron embarcados en Sevilla, en Sanlúcar de Barrameda y en Cádiz.
"Es una creación peruana, obtenida a lo largo de cuatro siglos, que marca una renovación en la manera de caminar que configuró un caballo especial único con una dinámica especial de movimiento con adornos que lo hacen el más cómodo del mundo", explicó a AFP Mariano Cabrera, un experto en el tema.
El corcel peruano tiene reconocimiento en eventos internacionales como en la española Feria de Abril de Sevilla, donde se efectúa la mayor reunión de coches de caballos. En 2003, seis caballos de paso peruanos cautivaron con sus andares al exigente público sevillano.
El historiador José Antonio del Busto, en su 'Historia del Descubrimiento y Conquista de Perú', señala que el clima, la dieta y la difícil geografía peruana influyeron poco a poco en una raza eficiente y eficaz para el trabajo, el viaje y la exploración.
Los corceles cambiaron su dieta de granos y cereales y la trocaron por una más rústica de pastos altoandinos, dando lugar a un ejemplar más fuerte de conformación morfológica, subraya Del Busto.
Lo que hace a este animal diferente a otras razas equinas es su aire típico de velocidad intermedia, que en los demás es de trote. Este aire o modalidad en el andar es el trote lateral y se denomina paso de llano.
"El paso de llano consiste en un aire permanente, armonioso y rítmico en el que el animal tiene un movimiento alternativo lento y agradable. Es un aire rápido en el que el centro de gravedad del caballo permanece casi inmóvil, produciendo una equitación confortable, sin sacudidas", precisó Cabrera.
Estos pasos finos, con la cabalgadura en un suave balanceo horizontal, contrasta con los de otras razas de caballos que tienen un balanceo horizontal y vertical.
El caballo de paso constituye una tradición en Perú al punto que ha sido inspiración en varias canciones de la música popular y posee una estatua erigida en su homenaje junto al turístico Puente de los Suspiros, en el distrito limeño de Barranco.
Los expertos sostienen que este caballo es resultado de la perseverancia y la voluntad del criador peruano que tomó cerca de cuatro siglos de perfeccionamiento, de varias generaciones de cruces, selección y mejora que lo convierten en único en su tipo de andar.
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