REPRODUCCIÓN:
La lactancia:
La madre y el hijo ocupan el mismo departamento en el establo y salen juntos al pastizal. La madre puede reanudar el trabajo dos o tres semanas después del parto, especialmente si se trata de un trabajo agrícola, y el potro la acompañará. Cuando la madre acaba su trabajo es conveniente que el potro empiece a mamar enseguida. Si no se puede evitar, se debe dejar caer al suelo las primeras gotas de la leche. El potro que se acostumbra a las condiciones climáticas naturales con precocidad crece robusto.
Crianza del potro:
Ésta es una labor para la cual se necesitan unas ciertas predisposiciones: En primer lugar hay que tener una buena intuición para decidir dentro de un límite el tiempo si el potro que está en nuestras manos será el futuro caballo que deseamos.
La primera decisión se toma en el momento del destete, y la segunda cuando el potro cumple un año y medio de vida, que es un tiempo suficiente para ver con una relativa seguridad su futura conformación.
El potro debe seguir un régimen de vida sano, al aire libre, si es posible con buenos pastos, con mucho ejercicio muscular del aparato locomotor en general, de manera que no se estanquen sus posibilidades de crecimiento y de desarrollo. Hay que racional para que no le falte del aporte energético; además de cuidar la higiene del pie, que muchas veces se suele descuidar y puede perjudicar la conformación del aparato locomotor y acentuar los defectos ya existentes en un estado latente o bien crearlos nuevos.
La lactancia:
La madre y el hijo ocupan el mismo departamento en el establo y salen juntos al pastizal. La madre puede reanudar el trabajo dos o tres semanas después del parto, especialmente si se trata de un trabajo agrícola, y el potro la acompañará. Cuando la madre acaba su trabajo es conveniente que el potro empiece a mamar enseguida. Si no se puede evitar, se debe dejar caer al suelo las primeras gotas de la leche. El potro que se acostumbra a las condiciones climáticas naturales con precocidad crece robusto.
Crianza del potro:
Ésta es una labor para la cual se necesitan unas ciertas predisposiciones: En primer lugar hay que tener una buena intuición para decidir dentro de un límite el tiempo si el potro que está en nuestras manos será el futuro caballo que deseamos.
La primera decisión se toma en el momento del destete, y la segunda cuando el potro cumple un año y medio de vida, que es un tiempo suficiente para ver con una relativa seguridad su futura conformación.
El potro debe seguir un régimen de vida sano, al aire libre, si es posible con buenos pastos, con mucho ejercicio muscular del aparato locomotor en general, de manera que no se estanquen sus posibilidades de crecimiento y de desarrollo. Hay que racional para que no le falte del aporte energético; además de cuidar la higiene del pie, que muchas veces se suele descuidar y puede perjudicar la conformación del aparato locomotor y acentuar los defectos ya existentes en un estado latente o bien crearlos nuevos.
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