Un día en las carreras |
La clave de la fotografía deportiva es la anticipación, la capacidad de prever lo que va a suceder. Y en una carrera de caballos, esta premisa adquiere su máxima expresión. Victor Fraile, fotógrafo de Getty residente en Hong Kong, relata para QUESABESDE.COM su experiencia en uno de los más importantes torneos internacionales de esta disciplina deportiva. |
Hong Kong. Las series de la Cathay Pacific Hong Kong International Races son una cita obligatoria para los amantes de las carreras de caballos. Recibo, en esta ocasión, el encargo de una revista para ilustrar un artículo sobre estos campeonatos ecuestres en la antigua colonia inglesa. La jornada comienza a las 9:00 horas en el "media bus", que nos lleva desde el centro de la ciudad hasta Sha Tin, el mayor de los dos hipódromos de Hong Kong. Durante el torneo, trabajarán en él unos 150 fotógrafos acreditados y casi 300 periodistas. Llegamos a la sala de prensa, recogemos la acreditación y un "discreto" chaleco amarillo, elegimos un puesto de trabajo y preparamos el equipo. Coloco un candado especial en mi Mac (estaremos cinco horas alejados del ordenador) y lo dejo encendido para ahorrar tiempo una vez regrese para transmitir las imágenes. Compruebo luego la conexión a Internet, preparo los "captions" (el pie de foto, con toda la información sobre lo que en ella aparece) y pongo un ojo en el bufé. La competición comienza a las 12:00 y termina a las 17:00 horas, y con escasos 15 minutos entre carreras, hay que coger fuerzas para todo el día. A las 10:00 horas, reunión con el jefe de fotógrafos para resolver dudas y solicitar posiciones. Como en muchos eventos, nuestras posibilidades creativas encuentran su límite en un jefe de fotógrafos escasamente cualificado, elegido a dedo para el puesto y con una absoluta carencia de nociones fotográficas. Una cabina de televisión en desuso situada al final de la curva, para tener un ángulo casi cenital de la carrera: - Denegado: motivos de seguridad. - Pero si estoy acreditado, y allí hay cinco personas simplemente mirando la carrera... La línea de salida, para montar la cámara remota en el suelo, cerca del cajón: - Denegado: molesta a los caballos. - ¿Que les molesta la cámara en el suelo? ¿Y no les molesta en la línea de llegada? Al final de la recta de salida: - Denegado: nadie quiere ponerse allí. - ¡Precisamente por eso quiero ponerme yo! ¡Quiero algo diferente! Al final de la recta de llegada: - De acuerdo, pero en el edificio de las cuadras. - ¿Qué? Necesitaría un 1.200 milímetros con duplicador para hacer una foto decente. - ¿Un 1.200 milímetros? ¿Qué es eso? - En fin, no se moleste. Después de doce meses trabajando en China, he aprendido que, si quieres que alguien se salga de las normas marcadas, puedes esperar sentado. La acción sucede muy deprisa, por lo que cuantas más cámaras podamos disparar, más y mejores resultados obtendremos. Para este trabajo, utilizo cuatro cámaras: montadas con objetivos Entre los accesorios, un minitrípode, tres unidades de disparo por radio Pocket Wizard, un visor en ángulo Nikon DR-5, tarjetas SanDisk Extreme III de 8 GB (capacidad suficiente para no tener que cambiar de tarjeta entre carreras) y flashes Speedlight SB-900, estos últimos únicamente para el acto de entrega de los trofeos. Las cámaras remotas deben colocarse a nivel del suelo, debajo de la barrera lateral y a partir de los 4 metros desde la línea de llegada (no pueden instalarse más cerca para evitar entorpecer la denominada "photo finish"). El sistema para situar el equipo responde a la lógica "first-come-first-serve", esto es, el primero que llega coloca su equipo más cerca. Después de posicionar las cámaras, comprobarán que todas respeten la distancia de seguridad. Los caballos pasan delante del objetivo en escasos 4 segundos: necesitamos toda la ráfaga de la cámara y ópticas angulares (desde 14 hasta 35 milímetros). Conseguimos otra perspectiva con una segunda cámara remota, montando en ella un telezoom de 70-200 milímetros (ajustado a una focal de 180 milímetros, aproximadamente) y situándola a unos 30 metros de la línea de llegada. Las dos cámaras remotas dispararan simultáneamente, seleccionando para esto el mismo canal en los receptores Wizard. El transmisor-disparador está ajustado en la zapata para el flash de la cámara, que disparamos con el teleobjetivo 400 mm f2.8 desde el lado opuesto de la pista. De esta manera, con un solo dedo conseguimos tres ángulos diferentes de una situación que solamente dura 5 segundos. Gracias al sistema de cámaras remotas, con un solo dedo conseguimos tres ángulos distintos de una situación que dura 5 segundos Este despliegue de medios responde a la demanda de imágenes de calidad por parte de revistas del sector y, sobre todo, de los propietarios de los caballos. Al fin y al cabo, éste es un "deporte" enmarcado en un mundo de lujo que maneja unos presupuestos enormes, y la tarifa de un fotógrafo representa una mínima parte de éstos. Por el contrario, las bellas imágenes que brindan estos magníficos animales hacen aflorar el orgullo de sus dueños. Para conseguir un ángulo diferente después de tres carreras decido moverme "amablemente escoltado" hacia el edifico de las cuadras, no para inmortalizar la acción, sino para centrarme en la vuelta de los caballos después de la carrera. Desde aquí se aprecia el esfuerzo de los animales reflejado en sus cuerpos. La última perspectiva la conseguimos dando esquinazo a nuestro empático escolta y subiendo a las gradas, entre espectadores que miran perplejos (no sé bien si por las cámaras y los objetivos, por el aparato con antena que cuelga de mi cuello o por el discreto chaleco amarillo-limón). Desde las gradas tenemos una visión diferente, más elevada, adecuada para disparar la llegada al estilo "photo-finish", para hacer unos barridos o para obtener alguna foto diferente con el PC-E Micro 45 mm f2.8. Empecé a utilizar este objetivo en deportes hace 18 meses, durante el WTA Tour Championships 2007 de tenis en Madrid, y durante los pasados Juegos Olímpicos de Pequín tuve la suerte de conocer a David Burnett, un auténtico experto en el uso de estas ópticas. Desde entonces, lo utilizo siempre para dar un toque distinto a los trabajos. La primera carrera empieza al mediodía y la última, a las 17:00 horas. En todo este tiempo, la luz cambia mucho, así que las cámaras remotas están ajustadas con sensibilidades automáticas en el modo de prioridad a la velocidad (1/2000 de segundo y 3/4 de compensación de diafragma). El enfoque, en manual y preajustado a la línea de llegada. Las cámaras que llevo encima están configuradas con sensibilidades de 200 y 400 ISO y en el modo manual. Para los barridos utilizo la modalidad de prioridad a la velocidad, seleccionado valores de 1/160 de segundo en una carrera y de 1/15 en otra. Solamente disparo en formato RAW. Descargo luego los archivos en un disco duro externo y proceso las imágenes con Aperture 2.1 para trasmitirlas vía FTP. Al final del día, he disparado unas 800 fotos, de las cuales aproximadamente 30 pasan al editor. Me tomo una cerveza y pongo fin a un día de trabajo. |
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