miércoles, 16 de noviembre de 2011

CABALLOS


Espíritu competitivo, velocidad, acción, bellos caballos, intrépidos jinetes, juego, glamour, show… Es difícil no ser atraído por la fascinación de este deporte si presencias por primera vez un partido de polo.


Aunque el Polo ha sido siempre considerado un deporte de la élite, sus raíces realmente se encuentran en orígenes rurales y guerreros, en lugares como Afganistán y el Tíbet. Supuestamente, aunque pudiera ser tan solo una leyenda, se dice que en las llanuras de estas regiones, hace varios miles de años, supervisores montados a caballo protegían los sembrados sagrados del rey de pequeños, voraces y ágiles roedores, armados con largos mazos. Estos supervisores se lanzaban a la caza de estas plagas de roedores, y de aquí se cree que nace el deporte del Polo.

Con este artículo nuestra publicación, Trofeo Caballo, pretende acercar este bello y apasionante deporte a todos los aficionados al caballo.

Breve historia. El origen de la práctica del Polo no ha sido definido al día de hoy. Se piensa que este deporte se originó en las estepas de Asia Central alrededor del siglo VI
a C, donde las unidades de caballería entrenaban a sus mejores jinetes jugando a este deporte. Su nombre deriva de la palabra “pulu”, que significa “madera de sauce” en tibetano.

Muchos historiadores creen que el origen de este deporte se remonta a las tribus persas que existían antes del reinado de Darío I el Grande (521-485 AC) y la fundación del Segundo Imperio Iraní. Ciertamente, la literatura y el arte persas son los principales registros de la práctica del Polo en la antigüedad.

Un poeta e historiador muy famoso de Irán, proporciona una serie de registros de torneos de Polo reales en su épica del Siglo IX, Shahnameh. Algunos sostienen que fueron los chinos quienes primero practicaron este deporte, pero en el registro existente un dato más antiguo, Ferdowsi menciona un partido entre las fuerzas de Turanian y los seguidores de Syavoush, un legendario príncipe persa. El poema resalta en forma elocuente las habilidades de Syavoush para este juego, y también menciona al emperador Sâpour-II, quien aprendió a jugar al Polo con tan solo 7 años de edad.

En ciertos países como China, el Polo se convirtió en un pasatiempo real durante varios siglos. La introducción en este país se debe posiblemente a la nobleza persa que buscaba asilo luego de la invasión del su imperio a manos de los árabes. En varios escudos de armas chinos pueden apreciarse tacos de Polo, y el deporte se convirtió en parte de la vida cotidiana durante la era dorada de la cultura clásica china bajo Ming-Hung, amante de las actividades ecuestres. Durante más de 20 siglos, el Polo se mantuvo como uno de los pasatiempos favoritos de los gobernantes de Asia China, Japón, Corea… Las reinas también practicaban el deporte, al igual que la nobleza y los guerreros.

Durante el Imperio Bizantino llegó a Constantinopla y con la conquista árabe de Asia Menor, el Polo llegó a Egipto. Fueron también los árabes, en su expansión hacia el este, los que lo llevaron hasta la India, donde se comenzó a jugar durante el medievo.

En 1854, el lugarteniente Joe F. Sherrer, enviado en misión diplomática por el Imperio Británico al estado hindú de Manipur, presenció un juego a caballo al que llamaban “Kanja-i-bazee”, por el que se entusiasmó, aprendió a jugarlo y enseñó a otros oficiales británicos para poder practicarlo.

En 1859 Sherrer, junto al superintendente Stewart, fue destinado al estado de Cachar, donde los indígenas jugaban al polo habitualmente desde hacía mucho tiempo atrás, y los oficiales ingleses allí destinados lo practicaban asiduamente bajo el nombre de “hockey a caballo”. Los dos oficiales británicos fundaron allí el primer Club de Polo, el Cachar Kanjai Club. Durante décadas los ingleses fomentaron el juego del Polo en sus guarniciones de caballería, como un entrenamiento adecuado para sus oficiales, hicieron de este deporte escuela de caballeros y lo reglamentaron.

El Polo llegó a Europa, al Reino Unido, a través de Manipur. En 1869, en Aldershot, el oficial Hartopp, del 10º Regimiento de Húsares, organizó el primer partido de Polo en suelo británico con sus caballos de tropa y utilizando bastones de paseo y una pelota de cricket. En 1873 se creó el primer Club de Polo en Inglaterra, el Hurlingham, al que siguió el Ranelagh. Posteriormente, los británicos lo expandirían por América teniendo cierto grado de popularidad en Argentina, Brasil, Chile, México y Estados Unidos. James Gordon Bennett fue la primera persona en organizar un partido de Polo en Estados Unidos.

Jerez, origen del Polo en España. Hace más de 140 años que la bocha comenzó a rodar en España, siendo la ciudad de Jerez la pionera de este deporte, en 1870. En ese año, al volver a Jerez de uno de sus viajes a Inglaterra, en donde era jugado por la familia de Cristóbal de Murrieta, empresario español afincado en Kent, el bodeguero jerezano Don Pedro Nolasco González de Soto fundó en dicha ciudad andaluza el Xerez Polo Club, primer Club de Polo que hubo en España.

A finales del siglo XIX, el Xerez Polo Club pasó a llamarse Sociedad Jerezana de Polo. Posteriormente, en noviembre de 1915, el Rey Don Alfonso XIII asumió la Presidencia de Honor y le otorgó el título de Real, pasando a denominarse Real Sociedad Jerezana de Polo. En 1919, Don Pedro Nolasco González recibió del Rey el título de Marqués de Torresoto de Briviesca, con el que ha pasado a las páginas de la historia del polo.

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