jueves, 2 de febrero de 2012

CABALLO LOCO

Caballo Loco, el gran héroe indio por Machison



"En una ocasión una nube le dijo a un lago: eres un
arrastrado siempre lamiendo la tierra. Yo desde lo alto lo veo
todo, y tengo sabiduría de las cosas. Cuando el lago fue a
contestarle, ya no estaba, se la había llevado el viento..."
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Son muchos y muy conocidos los héroes que han fraguado la historia, o bien a golpe de armas o por sus ideas y valentía. Hoy me ha dado por hablar de un hombre que también fraguó historia, tanto para su cultura como para el imperio norteamericano labrado en los tiempos del Far West, ya que dejó una profunda huella de humildad y respeto en las generaciones siguientes, tanto de pieles rojas como de rostros pálidos, que vieron como un indio "inculto y salvaje" les metió el varapalo más importante y más humillante de la conquista del oeste, su nombre: CABALLO LOCO.

"Los otros jefes y yo queremos que el hombre blanco sepa que los pieles rojas también tenemos grandes héroes entre nosotros" (parte de un manuscrito de Oso Erguido, jefe siux enviado a Korzac Ziolkoski, artista estadounidense).

Nació en 1840, en el seno de la tribu de los siux Dakota, y ya de muchacho presentaba cualidades que más tarde le hicieron convertirse en un gran jefe valeroso, como su extrema habilidad en montar potros salvajes. Cuando era muy joven se llamaba "su caballo queda a la vista" y recibió su nombre adulto [Tasunke Witko] en lengua Dakota antes de los 20 años, fue el 3º en llevar el nombre, que en los indios pasa de padre a hijo durante generaciones.

Este hombre vio como el rostro pálido invadía sin escrúpulos sus tierras de ensueño y caza, tierras cedidas por Wakan Tanka desde tiempos inmemoriales, donde sus generaciones habían sobrevivido gracias a una integración plena con la natura. Vio como el hombre blanco rompía la armonía de su interrelación más íntima y espiritual. No fue simplemente una cuestión de territorio, sino una cuestión de injerencia en una forma de vivir, de una cultura propia y profunda arraigada a cada uno de los elementos del entorno y el respeto a los antepasados, que para los indios siempre están comunicativos y presentes. "Porqué si no, si se queda el rostro pálido y acaba con todo para satisfacer su ambición...¿ Que lluvia nos agradecerá nuestras danzas si no hay árboles? ¿Qué búfalo esperará nuestra caza si no existen? Que agua pura tendremos si el cara blanca la usa para sus empresas? ¿Con qué espíritu de criatura viviente nos complaceremos si no existen? Como confiar en aquel que coloca carteles donde dice paz a todos los hombres de buena voluntad, y luego extermina a mi raza sin compasión..."

La vida es un compendio de opciones, algunas de ellas muy difíciles de tomar. Caballo loco escogió un camino muy duro, ¿Qué hubiésemos hecho nosotros?

Desde su juventud supo que el mundo en que vivían los hombres era solo una sombra del mundo real. Para entrar en el mundo, él tenía que soñar. Había aprendido una cosa, que si entraba soñando en el mundo real antes de una pelea, podría resistir cualquier cosa."Y Tasunke Witko bebió su brebaje sagrado y su espíritu voló en el viento y tropezó con el discernimiento del águila pero no lo quiso, degustó el poder del oso pero no lo quiso, y finalmente eligió la sombra del lobo porque en ese día realizaría algo muy especial".

Little Big Horn. Tarde del 25 de junio de 1876.

El orgulloso e impulsivo general George Amstrong Custer llegaba a las montañas negras, después de una ardua travesía por la llanura, su misión: pacificar la zona. Su larga cabellera castaña ondeaba al viento y su chaqueta de flecos le hacía distinguirse del resto de la tropa. Siempre había sido un excéntrico que diseñaba sus propias guerreras. Ya en la guerra civil norteamericana había mostrado sus dotes de modisto, portando uniformes de terciopelo, que el mismo fabricaba y lucía entre los soldados, queriendo poseer una distinción, de la que nunca fue dueño real debido a su carácter altivo y egocéntrico.

Sus exploradores le advirtieron que habían avistado muchos siux y cheyenes y que el regimiento no disponía de suficientes municiones, sin embargo él se sonrió, seguro de poder dispersar a una "banda de salvajes..."

Pero Caballo Loco había decidido otra cosa...

Custer quedó sorprendido por el inmenso mar de tipis del poblado que surgió de repente ante él y decidió subir a las colinas desde donde ofrecer un mejor combate. Fue entonces cuando se vieron cercados por una masa de guerreros, unos 2.000 siux teton y cheyenes que atraparon en un cerco de muerte a Custer y sus 225 hombres, a manera del lobo, cercando cada vez más a su presa hasta el epicentro.

Caballo Loco y sus guerreros armados con Winchester de repetición, arcos, lanzas y tomahaws, comenzaron a cerrar el círculo sobre los hombres desesperados y agotados por las jornadas de marcha.

Una lluvia de balazos y flechazos inapelable fue diezmando a los hombres, que cada vez se daban más cuenta de su irremediable situación. El grueso de la tropa se cerraba cada vez más en su circulo mortal, y fueron conscientes de que estaban siendo masacrados. Los hombres mataban sus propios caballos, para con sus cuerpos defenderse de los proyectiles, que provenientes de todas partes, cortaban el aire son su silbido característico. Debió ser una escena realmente atroz.

Los refuerzos que Custer pidió dirigidos por el comandante M. Reno y F. Benteen no pudieron hacer nada por evitar la matanza, ya que fueron colapsados por otro grupo de guerreros Lacota cerca del lugar de la batalla.

Todo acabó en menos de media hora. El único superviviente del famoso 7º de caballería fue un caballo de nombre Comanche; el único que se salvó de 226 hombres y otros cientos de animales. Todos los demás, entre los que se encontraban Custer, su indio explorador de confianza Cuchillo Sangriento, de la tribu Crow; sus hermanos Tom y Boston, su joven sobrino Autie Reed y su cuñado el teniente Calhound, fueron exterminados.

A partir de entonces el nombre de Caballo Loco se ha convertido en sinónimo de libertad y resistencia contra la usurpación.

Actualmente existe un monumento realizado en un monte de las Black Hills (Dakota del norte) en honor de este gran guerrero. Su rostro de 26,7 m. de altura y 18 de anchura, labrado en la roca viva, tiene mirada templada y valerosa, y parece observar desde la altura, como haciendo alusión a aquel relato de la respuesta que dio Caballo Loco a la pregunta de un comerciante: "Eres un cabezota por no quererte mudar a la reserva con tus hermanos ¿dónde están tus tierras ahora?". El jefe miró al horizonte, y señalando con el dedo por encima de la cabeza de su caballo pinto, contestó con orgullo de guerrero: "Mis tierras están donde yacen mis muertos".


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