No se sabe muy bien cuál es el origen de esta clase de caballos, sólo se tiene registro de su existencia, en Europa, desde hace unos 3000 años. Se piensa que descienden de la raza de los Shetlands, al mismo tiempo, se les considera una versión en miniatura y, menos común, que el Pura Sangre. Y, es que fueron cruzados en una línea con consanguineidad, lo que hizo que fueran animales con menos fuerza que sus hermanos mayores. Los caballos en miniatura, a diferencia de los potros o de los caballos enanos, son una casta de verdad. Lo primero que debemos tener en cuenta es que fueron criados durante el s.XVII y el s. XVIII para ser dados como regalo a los príncipes y a las princesas, o a los miembros de la nobleza, como animal de compañía. Pero, cuando en la corte dejan de estar de moda, la raza estuvo a punto de desaparecer. Algunos grupos fueron importados a Estados Unidos, donde eran empleados para acarrear el carbón y el mineral que se sacaba de las minas. Una de las líneas de esta raza de caballo es la americana, que tiene sangre de caballos ingleses y holandeses (Minishetland). Se llevó a las colonias americanas durante el s.XIX y se empleaba en las minas de carbón, hasta el año 1950. Aunque, por culpa del espeso pelaje que les caracteriza, y que les protege del frío –y que necesita ser esquilado cada primavera-, hace pensar que podrían venir de los caballos enanos de Islandia. Pero, tras 3 o 4 esquilaciones, nos encontramos con un pelaje mucho más fino.
0 comentarios:
Publicar un comentario