La adolescente casi niña alemana Regina Mayer, era enamorada de los caballos y quería tener uno, pero sus padres nunca se lo compraron. Ella ansiaba andar a caballo y participar de las competencias de salto, que eran su sueño.
Pero al no poder tener un caballo, volcó sus expectativas hacia otro lado.
Regina tenía una pequeña vaca llamada Luna, y comenzó poco a poco a enseñarla como si fuera un . caballos
Esa educación le llevó 2 años, o sea que Regina tenía 13 años cuando comenzó con su ardua tarea.
La enseñanza tuvo muchos momentos alentadores, pero también de los otros, tanto para Regina como para Luna, pero ninguna de las dos claudicaron.
Regina había tomado la tarea con mucha responsabilidad, ya que logró montar a su vaca y ésta después de muchos ensayos lo aceptó.
La adolescente dice que Luna se siente un caballo, cuenta que lo que le costó más aceptar, fue el recado, ahora no sólo acepta el recado sino también el bozal.
Ya salen las dos a dar paseos y son la sensación de todos los que las ven.
A Luna también le enseñó a saltar obstáculos, ya puede saltar hasta dos palos colocados en forma horizontal, a pesar de ser muy pesada, igual logra saltar.
El método que ha empleado Regina es el amor, la paciencia y así las dos han formado un equipo.
Al final aunque le de mucho trabajo, Luna hace todo lo que la niña le pide
Pero al no poder tener un caballo, volcó sus expectativas hacia otro lado.
Regina tenía una pequeña vaca llamada Luna, y comenzó poco a poco a enseñarla como si fuera un . caballos
Esa educación le llevó 2 años, o sea que Regina tenía 13 años cuando comenzó con su ardua tarea.
La enseñanza tuvo muchos momentos alentadores, pero también de los otros, tanto para Regina como para Luna, pero ninguna de las dos claudicaron.
Regina había tomado la tarea con mucha responsabilidad, ya que logró montar a su vaca y ésta después de muchos ensayos lo aceptó.
La adolescente dice que Luna se siente un caballo, cuenta que lo que le costó más aceptar, fue el recado, ahora no sólo acepta el recado sino también el bozal.
Ya salen las dos a dar paseos y son la sensación de todos los que las ven.
A Luna también le enseñó a saltar obstáculos, ya puede saltar hasta dos palos colocados en forma horizontal, a pesar de ser muy pesada, igual logra saltar.
El método que ha empleado Regina es el amor, la paciencia y así las dos han formado un equipo.
Al final aunque le de mucho trabajo, Luna hace todo lo que la niña le pide
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