El caballo andaluz es una raza de caballo española originaria de Andalucía. Se trata de un caballo ibérico robusto pero ágil que está entre las rasas equinos
más antiguas del mundo. En España también se le conoce comúnmente como
“caballo español” y se caracteriza por tener grandes cuartos traseros cuello musculoso, y arqueado, perfil recto o ligeramente convexo y crines y cola abundantes.
Los ejemplares adultos del caballo andaluz llegan a
medir entre 1.50 y 1.60 m de altura hasta la cruz (el punto donde se une
el cuello con la espalda del animal), también poseen ojos vivaces,
pecho amplio, grupa redondeada y potente, y un porte orgulloso y
elegante.
En cuanto a los colores del pelaje, tradicionalmente se admitían como
propios de esta raza el negro, el tordo (gris) y el castaño, aunque en
la actualidad la variedad se ha ampliado a casi todos los demás colores
conocidos, a excepción del pío o manchado.
El caballo andaluz, gracias a su docilidad y
obediencia, es fácil de montar, por lo que se utiliza como caballo de
paseo. Se usa principalmente en las disciplinas de la doma clásica,
doma vaquera y en el rejoneo.
La cría del esta noble raza se centra, obviamente, en España, aunque
existen buenas yeguadas por todo el mundo. El sistema de cría se basa
en manadas de yeguas que viven sueltas en estado de semilibertad.
Algunos potros son vendidos al destete y otros permanecen en la yeguada
y empiezan a ser domados a los tres años.
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