viernes, 2 de marzo de 2012

CABALLOS DE PASO PERUANO

¿Cuál es la Magia de su Paso?





Elegantes chalanes y sus Caballos Peruanos de Paso desfilan con altivez




Fino andar de ejemplar Campeón de Campeones y su orgulloso chalán recibiendo el aplauso del enfervorizado público.
Muchos, al observar con admiración el trote galante de su paso, lo atribuyen a la complicada topografía y estructura del suelo peruano. Su garbo y finura han inspirado poemas y canciones propias del sentimiento popular de la costa. ¿No será su forma de moverse, el resultado de una autoselección natural u orientada por el hombre peruano de acuerdo a las necesidades de nuestro terreno?

Ya en el siglo XVII, se le menciona en la inmortal obra "El Quijote de la Mancha" del célebre don Miguel de Cervantes Saavedra, en un diálogo entre el ingenioso Hidalgo y su fiel Sancho que dice:
" De allí le ha sacado Malambruno con sus artes y le tiene en su poder y se sirve dél en sus viajes, que los hace por momentos, por diversas partes del mundo, y hoy está aquí y mañana en Francia y otro día en Potosí; y en lo bueno que el tal caballo ni come ni duerme, ni gasta herraduras y lleva un portante por los aires, sin tener alas que el lleva encima puede llevar una taza llena de agua en la mano sin que se le derrame gota, según camina llano y reposado; por lo cual la linda Magalona se holgaba mucho de andar caballera en él.

A esto Sancho dijo: "Para andar reposado y llano, mi rucio, puesto que no anda por los aires; pero por la tierra, yo lo curtiré con cuantos portantes hay en el mundo".
Pero lo cierto es que ese modo peculiar en el andar del caballo peruano de paso se debe a su combinación de sangres, pues ni bien llegado al Perú, el ejemplar español fue expuesto a un proceso de selección, en mezcla de sangres de diferentes tipos de equinos: las jacas (yeguas de pequeña estatura) navarras y castellanas con las de los Berebere y Arabe.

El híbrido resultante conservó de las jacas la elevación de los miembros delanteros; de los Berebere, el modo de andar o ambladura y algunos rasgos exteriores; y, finalmente, del árabe, su delicada belleza.

Pero fue del Berebere, que mantuvo casi intacto la sincronía en su andar, en ese movimiento de patas en forma lateral, mano y pata a la izquierda y mano y pata a la derecha; o en la forma de cruz o diagonal, similar al de un felino, añadiéndose a estas, las otras particularidades propias del caballo de paso peruano.

Aunque si bien es cierto que estos ejemplares nacen con estas características, la constante dedicación y adiestramiento por parte del hombre adecúan, perfeccionan y pulen aquello que emana de su propia génesis.

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