El director general de la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española (Ancce), Jaime Molina, ha subrayado que el continente americano “tira” del mercado de este sector, especialmente EE.UU. -donde lo importan como “animal de compañía”- y Centro y Sudamérica, para la cría ganadera. En declaraciones a Efeagro, Molina ha indicado que crece la afición por el caballo español en países como Perú, donde no había hasta ahora implantación del animal de pura raza y, de hecho, se acaba de fundar una asociación de criadores. También lo hace en EE.UU., Nicaragua -han importado unos 800 ejemplares en los últimos cinco o seis años- o México -el censo supera los 6.000-.
España controla el pasaporte genético de los caballos para garantizar su pureza, aunque cada vez hay más asociaciones americanas que se encargan de realizar los trámites. Estos últimos envían la sangre del ejemplar a España para determinar la “filiación” (el ADN permite demostrar quiénes son el padre y madre del animal), paso previo a la obtención del “pasaporte genético” que las asociaciones americanas envían a los ganaderos y, si no existe este gremio, lo hace la asociación española.
El caballo español también está cada vez más presente en Costa Rica, Guatemala, Salvador y Panamá, mientras que en Sudamérica es Colombia el país que ofrece mayores expectativas de expansión.
“Se trata de un país con un futuro tremendo para el caballo español”, ha subrayado Molina, quien recuerda que en Colombia existía hasta ahora una profunda cultura del caballo “de paso” tradicional, pero actualmente realiza importaciones desde España, que recalan en Medellín, primer foco de entrada. “Potencialmente, importarán muchísimo a corto plazo”, ha constatado.
450.000 euros, si bien algunos ejemplares pueden costar más de un millón de euros, según ha precisado el director general. No obstante, los valores de venta en América oscilan entre los 30.000 y los 60.000 euros, con “grandísimos empresarios” como perfil habitual del comprador.
Sobre las posibilidades de abrir el mercado de Oriente Medio, ha recordado que Emiratos Árabes, Qatar o Kuwait tienen tradición, pero sus grandes cuadras, que figuran entre las mejores del mundo, son de raza árabe orientadas a las carreras.
Aunque “se empiezan a hacer algunas ventas”, las explotaciones españoles han conseguido abrir antes, por ejemplo, la exportación al mercado de Israel que al árabe, ha detallado Molina.
Entre las dificultades para el comercio exterior de estas ganaderías, el sector no dispone de ninguna compañía aérea en España para fletar los caballos, por lo que se ven obligados a transportarlos por carretera hasta Fráncfort y Amsterdam para su envío por avión (compañías Lufthansa y Klm) al continente americano.
Colocar un pura raza español en América cuesta entre 6.000 y 8.000 euros, lo que encarece las operaciones, ha recordado, mientras que en España la comercialización “está mal”. La crisis económica ha provocado que el caballo de poca o media calidad tenga “un mercado imposible”, pero, en cambio, los animales “de prestigio valen ahora más que nunca”.
Los ganaderos están enviando a los mataderos los ejemplares de calidad “baja” en España, “se cubren” menos yeguas y se crían menos caballos, pero los que se producen son mejores, ha remarcado y hHa apuntado que “se ha sacrificado ya” mucho y los caballos de menor calidad “se van acabando”.
Según sus datos, el registro de caballos de pura raza en libro genealógico ha caído entre un 25 y un 30 % en España, aunque crece en el extranjero, hasta el punto de que el 25 y el 30 % de las nuevas inscripciones se realizan ya fuera del país.
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