Forma correcta de llevar al caballo enfrenado con alegría,
caminando suelto, con la cabeza levantada, las orejas bien puestas, mirando
hacia adelante y con las riendas sueltas.
Es un verdadero deleite para la vista el desfile lleno
de gracia portentosa y la monumental figura de belleza de los caballos peruanos
de paso. Ese andar con su prestancia arrogante, elegantes movimientos armoniosos
y ese sobrador desplazamiento se describen en rimas y ritmos, acentuando
aún más su sencillez y simpatía.
El caballo peruano es de contextura liviana, talla media
y debe tener plasticidad y dinamismo en sus movimientos para trabajar en
un aire propio denominado "paso nacional", para lo cual debe poseer
también condiciones físicas especiales y de suavidad bien
definidas. Su resistencia corporal y orgánica de paso innato o natural
le ayuda a mantenerse firme en su labor diaria, ante cualquier clase de
esfuerzo.
Nuestro caballo peruano de paso es reconocido como "patrimonio
nacional y embajador silencioso". Calificado también, gracias
a sus cualidades, como el mejor caballo de silla del mundo, porque entre
todas las razas caballares es el de andar más suave y con temple
firme, necesario para no desamparar al jinete cuando requiere de su determinación
y valentía.
No en vano los más finos ejemplares han mostrado
sus atributos y orgullosa estirpe por toda América Latina, Estados
Unidos, Canadá, y en el Viejo Mundo en países como Italia,
Alemania, casi toda Gran Bretaña, en la lejana Australia, y en el
país del Sol Naciente, Japón.
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