A continuación presentaré un artículo
muy interesante sobre una terapia conocida como la zooterapia,
específicamente la equinoterapia.
La
equinoterapia, nos es útil como apoyo terapéutico en el síndrome de
Down. Lo primero que debemos tener en cuenta son las contra-indicaciones
de este tipo de terapia. Una población considerable de personas con
síndrome de down, sufren de inestabilidad atlanto axial. Esta consiste
en que la apófisis odontoides también llamada diente o el ligamento
transverso de la vértebra axis están debilitados. Esto no es más que el
hueso que tiene la segunda vértebra cervical que sirve como pívot para
realizar los movimientos de la cabeza, no soporta el estrés mecánico que
puede producir el andar del caballo sobre esta vértebra, trayendo como
consecuencia un paro cardio-respiratorio, por presionar en algún momento
el bulbo, que es la parte del cerebro que controla la respiración y los
latidos del corazón. Esta inestabilidad la podemos diagnosticar en una
radiografía de rayos X cervical (atlanto axial), es importante anotar
que este examen debe ser requisito fundamental junto con la
remisión médica para realizar la equinoterapia. La equinoterapia ofrece
muchas técnicas de trabajo como lo son la hipoterapia pasiva, en la cual
el jinete es totalmente pasivo y es acompañado por el terapeuta en una
monta que llamamos back riding o monta gemela; la hipoterapia activa en
la cual el jinete puede ir solo o en monta gemela y participa
activamente en el trabajo; La monta terapéutica, en la cual se
incorporan varios jinetes en un trabajo de sección (fila india) y es un
trabajo que mezcla lo terapéutico con lo deportivo; Por último, la
equitación como deporte. Teniendo en cuenta estos elementos podemos
diseñar un plan de trabajo específico para el síndrome de Down.
La
hipoterapia activa es un primer paso. En esta etapa debemos lograr un
acercamiento con el caballo, en el cual el jinete lo vea como su
compañero, sin temores y con mucho respeto, evitando que lo golpee o
maltrate y aprenda a cuidarlo, también buscamos un tono muscular
adecuado, aumentar el equilibrio, una postura correcta, un buen asiento
que es la manera correcta de sentarse en el caballo, buena conducción,
un seguimiento de ordenes, disciplina y concentración. También en este
momento podemos realizar trabajos de fonoaudiologia y psicológicos,
gracias a la receptividad con la que contamos al momento de la terapia.
La actividad debe ser en alto, paso o trote y no debe pasar de 30 o 40
minutos. El siguiente nivel a trabajar es la monta terapéutica, en la
cual incluiremos al jinete en un trabajo con mas personas, con o sin
discapacidad, en este trabajamos secciones o grupos máximo de 6 personas
en fila india o individual, donde haremos énfasis en ejercicios de
equitación y adiestramiento, base fundamental de toda actividad ecuestre
y de la equinoterapia como tal. En la monta terapéutica buscamos
encontrar un acondicionamiento físico adecuado (pues la mayoría de
personas con síndrome de Down son muy sedentarias), disciplina
deportiva, tono muscular, integración social, vencer temores y
enseñarles a ellos un oficio, como el de las actividades ecuestres, con
el que puedan integrarse a una vida productiva.También dentro de las
zooterapias podemos hablar del uso de perros o aves, en este caso le
daremos al paciente una responsabilidad de cuidado y entrenamiento de su
animal, buscando hacerlo sentir útil y con una labor a realizar. El
perro nos puede servir de apoyo al trabajo con el caballo, como un
complemento en la rutina de entrenamiento. En general, los padres de
niños y adultos con síndrome de Down ven en la zooterapia, y en concreto
la equinoterapia, un recurso eficaz y con múltiples beneficios
visibles; por su parte, el paciente encuentra en esta práctica, más que
un tratamiento, un medio afectivo de expresión, de lúdica y de
desarrollo personal.
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