El sentido de la vista en equinos
Los caballos poseen una visión muy desarrollada y que tiene ciertas particularidades. Se caracteriza por tener los
dos ojos separados entre sí, uno a cada lado de la cabeza; ver el mundo
con en pocas tonalidades; carecer de enfoque; no poder distinguir la
profundidad y por tener dos puntos ciegos bien definidos.
La ubicación de los ojos le permite realizar dos actividades
primordiales para subsistir: comer y observar a su alrededor para
prevenirse de cualquier ataque.
Gracias a las cualidades de su retina el caballo puede observar su entorno de manera bifocal y monofocal, y enviar la información que recoge al cerebro quien se encarga de procesarla.
Para observar de forma bifocal, debe agachar la cabeza y mirar por la parte superior del ojo; de esta manera enfoca el horizonte a lo lejos. Para hacerlo de forma monofocal, lo que hace es levantar la cabeza hacia aquello que quiera observar para poder captarlo más nítidamente; así observa aquellos objetos que se encuentra cerca de él.
Los caballos pueden mirar en forma monofocal o bifocal
El caballo posee una vista panorámica, a la que se llama binocular pues la realiza utilizando ambos ojos para observar lo mismo; está dirigida desde la nariz hacia abajo; cabe aclarar que el caballo no puede ver objetos que se hallen delante de él a menos de dos metros.
El resto de su visión es monocular y se efectúa con cada ojo por
separado; puede de esta manera observar hacia sus dos costados pero esta visión carece de perspectiva y profundidad.
Los ojos poseen unas células llamadas conos que son sensibles a la
luz y a los colores, de acuerdo a ellos los seres vivos pueden
distinguir determinados colores. Los seres humanos tenemos tres tipos de
conos por eso podemos diferenciar entre tantos colores de manera clara;
los caballos sólo tiene dos conos lo cual indica que su visión es limitada.
Pueden distinguir fácilmente colores brillantes, blancos y negros pero
no el resto de los colores. Y no importa la distancia a la que se halle
el caballo del color sino la intensidad de éste para que pueda
distinguirlo.
Por otro lado los seres humanos enfocamos los objetos gracias a
nuestras pupilas de manera “automática”; los caballos no pueden hacerlo y
por eso para tener un “mejor enfoque” deben mover la cabeza de arriba hacia abajo
a fin de tener una noción más clara del mundo a su alrededor. Es común
que un caballo se asuste mucho al estar en presencia de un charco, por
pequeño que éste sea, pozos o lugares que parecen muy oscuros; esto se
debe a que, como no puede distinguir la profundidad de las cosas, no
puede darse cuenta del tamaño que tiene ese pozo y, como los depredadores siempre salen de sitios así, no puede fiarse.
Otra de las cosas que hacen que su visión sea característica y que se
explique su “espíritu asustadizo” es que al captar los objetos los ve un
50 % más grande de su tamaño real.
“Para un caballo cualquier sombra puede ser un hoyo en la tierra y es por eso que normalmente saltan sobre las sombras.”
Los caballos poseen un reflector llamado “Tapetum Lucidum” que le permite ver en la oscuridad.
Durante el día este reflector recoge toda la luz que puede para ver
durante la noche, se cree que pueden ver incluso mejor durante la noche
que en plena luz del día. De todas maneras no pueden acostumbrarse
fácilmente a la oscuridad por eso se oponen a ingresar en cuevas o
lugares del estilo pues les cuesta mucho moverse desde la luz brillante a las sombras.
Los caballos tienen una visión desarrollada y pueden ver de noche
Los puntos ciegos
Se llaman “puntos ciegos” a las regiones donde los animales no pueden ver. El caballo posee dos:
1)Delante de su testuz: desde donde empieza hasta los 2 metros.
2)Detrás de la grupa: puede tener un ángulo de 350° de visión al girar la cabeza.
2)Detrás de la grupa: puede tener un ángulo de 350° de visión al girar la cabeza.
Al ser montado por alguien, el caballo no puede verlo por más que
gire la cabeza pues el jinete se encuentra en uno de sus puntos negros
lo cual nos dice la inmensa confianza que puede depositar el caballo en
un ser humano para permitirle acercarse tanto.
Aquellos caballos que son entrenados para saltar son increíbles ya que aprenden a saltar “a ciegas” pues en el momento en el que deben elevarse no pueden ver exactamente lo que hay delante.
Por eso debe bajar la cabeza luego de cada salto para enfocar el
próximo objeto y a partir de ahí deben confiar en el jinete y en su
memoria para medir la distancia en la que deben elevarse. Para ayudarlo
se colocan en el suelo unas varas unos metros antes del obstáculo que lo ayudan a calcular dónde realizar el salto.
Entender cómo es exactamente la visión del caballo puede ayudarnos a tratarlos mejor pues, el hecho de que depositen en nosotros tanta confianza debe ser retribuido. Para citar un artículo de una página web de equinos que leí recientemente:
Entender cómo es exactamente la visión del caballo puede ayudarnos a tratarlos mejor pues, el hecho de que depositen en nosotros tanta confianza debe ser retribuido. Para citar un artículo de una página web de equinos que leí recientemente:
“Ellos confían a tal punto en nosotros que nos convierten en “sus
ojos”, esto debe ser para nosotros una responsabilidad y no un poder del
que se puede abusar.”
Los caballos de salto confían en ellos mismos y en el jinete pues no pueden ver
0 comentarios:
Publicar un comentario