Las yeguas tienen una alta probabilidad de perder sus crías cuando
son apareadas con caballos de otras manadas o establos diferentes al
suyo.
Con frecuencia, los criadores de caballos llevan a las yeguas a otros establos para aparearlas con caballos de pura sangre.
Cuando eso no es posible, las yeguas en muchos casos abortan la cría.
Este comportamiento sexual puede ser una respuesta evolutiva de los
equinos para evitar el riesgo de infanticidio -que se observa en muchas
especies- o cuando los machos matan a los potros en su lucha por dominar
la manada.
Los científicos dicen que esto puede explicar el alto nivel de embarazos interrumpidos en caballos.
El estudio fue dirigido por Ludek Bartos, del Instituto para el
Estudio Científico de los Animales de la República Checa, y fue
publicado en la revista Behavioural Ecology and Sociobiology.
Según la investigación, una tercera parte de las yeguas que fueron
apareadas con caballos de establos distintos al propio perdieron a sus
crías.
“Ninguna de las que fueron apareadas con caballos del mismo establo abortaron”, explicó Bartos.
Y las yeguas que fueron completamente separadas de los equinos de su
establo y por lo tanto no encontraron formas de ocultar la paternidad de
sus potros, tenían una mayor posibilidad de abortar.
Según los expertos, así “evitaban la pérdida de energía que implica producir crías que pueden ser objeto de infanticidio”.
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