El Ayuntamiento de El Boalo ha abierto el plazo de solicitudes para unos cursos de "Equitación terapéutica",
dirigido a jóvenes, niños y mayores que tienen alguna minusvalía o
buscan recuperación psicológica y física. El curso, que durará 58 horas,
se impartirá en Mataelpino. Comienza el próximo 18 de septiembre y
termina el 4 de octubre. El plazo de inscripción permanece abierto y
está subvencionado por el IMIDRA, Instituto Madrileño de Investigación y
Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario. El efecto beneficioso del
movimiento del caballo se conoce desde antiguo. Ya en su época, los
griegos aconsejaban practicar equitación con el fin de mejorar el estado
anímico de los enfermos incurables, incluso el propio Hipócrates, 460
antes de Cristo ya hablaba del saludable trote de los caballos. Más
tarde, en el siglo XVII, la medicina utilizaba la equitación como método
para combatir la gota, enfermedad que por entonces causaba auténticos
estragos. Los primeros datos contrastados nos llegan de 1875, año en el
que el neurólogo francés Chassiagnac descubrió que un caballo en
movimiento mejora el equilibrio, el movimiento articular y el control
muscular de los pacientes. Experimentó con esta idea y concluyó que
montar a caballo mejoraba el estado de ánimo y que era particularmente
beneficioso para los parapléjicos y pacientes con trastornos
neurológicos. Pero el auténtico auge de la hipoterapia en Europa surge a
partir de los años 50 y 60, desarrollándose principalmente en Alemania.
En este país se experimentó por aquel entonces con el método que en
nuestros días se utiliza, basado principalmente en el establecimiento de
una relación directa entre el movimiento del caballo y la respuesta del
paciente. Según expertos y doctores en la materia, este curso ofrece un
conjunto de efectos positivos y beneficiosos para el alumno. El jinete
mejora su equilibrio vertical y horizontal, regula el tono muscular y
adquiere mejor coordinación motriz fina y gruesa, experimenta la
disociación de la cintura pélvica y la cintura escapular, indispensable
para la marcha sana en bipedestación. Motar a caballa a horcajadas
equivale a caminar sentado. También cuenta con resultados positivos
psicológicos porque el jinete siente una sensación de bienestar general,
mejora de autoestima y autoconfianza. Desarrolla la constancia y el
hecho de montar le transmite mayor seguridad alejando los temores, lo
que se transmite a la vida diaria. Desde un punto de vista educativo,
este curso mejora la capacidad de atención y concentración, cualidades
indispensables para una preparación educativa. El dominio
temporo-espacial promueve el pensamiento preoperativo. Por último,
también es positivo desde una vertiente social porque la actitud permite
desarrollar el respeto, la responsabilidad, la constancia y el amor
hacia los animales. La actitud positiva que el alumno/a ha adquirido se
sí mismo/a, facilita una mayor integración tanto familiar como social.
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