Los
ojos del caballo están en ambas partes de la cabeza, y no al frente
como los humanos o los gatos y muchos perros. Cada ojo transmite una
visión distinta a través de los nervios ópticos a las células del
cerebro. Por lo general, cada ojo ve su parte, sólo cuando mira al
frente con su cara perpendicular al terreno, puede definir ambos ojos
simultáneamente hacia el mismo punto en el espacio. Algunas razas con
ojos extremadamente separados, no llegan ni a conseguirlo.
La
vista del caballo tiene un campo mayor que la humana, si ambos están en
el mismo sitio y dirigiendo su mirada hacia el mismo lugar.
En
su trabajo con silla o tirando de un carruaje, la vista panorámica que
posee, continúa informándole de todo lo que pasa por su entorno. Su
reacción hacia amenazas o curiosidades recibidas por este sentido, no
son normalmente de agrado hacia los seres humanos. Esto significa que
cuando se le hace saltar sobre grandes obstáculos o galopar a gran
velocidad, un caballo que sea sostenido con fuertes riendas, se rebelará
contra ellas al no permitirle poner la cabeza y cuello de la forma
necesaria para verlo y observarlo.
Cuando
corre, puede ver tanto si le persigue un animal, le está alcanzando un
vehículo, como ver si existen obstáculos en su frente.
Tal
vez perciba esto con poca claridad, la falta de una visión binocular y
finida, que proporciona la visión en tres dimensiones, y un sentido
perfecto de la profundidad, como nos pasa a nosotros, le hacen ver las
cosas en un solo plano y con pocos detalles.
Los
ojos normalmente permanecen estacionarios en sus cavidades. Aunque los
mueve cuando el caballo sufre un intenso estrés, tras períodos de juego o
cuando bosteza. Muchos somos los que hemos visto los ojos de un caballo
cuando está asustado, son fáciles de recordar.
Al
estar los ojos en la posición que antes he explicado, lógicamente no
puede ver nada que esté cerca del centro de su cara. Esta es la razón
por la cual o bien levanta bruscamente la cabeza o la gira o incluso
ambas juntas, cuando un visitante con poca experiencia con caballos,
intenta tocarle directamente la frente.
La
forma de acariciar a un caballos en la cara es subiendo la mano poco a
poco desde abajo y tocándole la mandíbula, el cuello, los belfos o los
lados de la cara, antes de intentar otras partes.
Una
prueba de la confianza que tiene el caballo en su cuidador es que este
puede tocarle directamente en la frente sin provocar la retirada.
¿Pueden percibir los colores?
Se
cree que los caballos pueden percibir colores tales como el rojo, el
verde, amarillo y azul, siendo el amarillo el que percibe con mayor
facilidad
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