Te busca impetuoso cada día
cual corcel a galope desbocado
que al menor descuido, el descarado,
refrenda su carnal anatomía.
Es el ansia de sentir tu compañía,
(tus mimos lo han vuelto un malcriado),
se exterioriza en ti desesperado,
feliz por descifrarte cada día.
Y asume por demás que sea justo
buscar constantemente la manera
tan recia, prominente y certera,
de prenderte las hogueras del gusto,
pues para él sería un gran disgusto
que tu riada de amor se contuviera.
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