El Asturcon
El nombre del Club procede de unas de las actuales señas
de identidad, más importantes, que posee la tierra Asturiana: El
Caballo Asturcón. El Caballo Asturcón (Equus caballus), típico caballo
de montaña, fuerte, pequeño, ágil y sobrio ha llegado hasta nuestros
días después de un pasado glorioso. Este pequeño caballo puede verse en
libertad por las cumbres y laderas de la Cordillera del Sueve dentro de
los términos municipales de Colunga, Caravia, Parres y Piloña aunque
existen también animales en otros concejos.
Son ejemplares de capa negra, alazana o castaña, de
pequeña alzada por lo que entra en la categoría de poni.Su origen se
remonta a los caballos que importaron a la península los invasores
célticos alrededor del siglo VIII a.d.c.Las citas más interesantes
referidas al caballo Asturcón se encuentran en Silio Itálico y Plinio.
El primero de dichos autores lo describe de la siguiente manera:
“Distínguese este corcel astur por la blanca estrella que adorna su
frente, marca propia de los de su país. Blancas son asimismo sus veloces
patas, que destaca sobre el fondo negro de su piel. Aunque de mediana
estatura y estampa poco vistosa, son muy sobrios, veloces y
resistentes”.
Por su parte, Plinio resaltó el “paso portante”,
cualidad que dio fama al asturcón: “... crían una raza de caballos cuyo
paso en marcha no es corriente, sino elástico debido a que extienden al
mismo tiempo las patas de cada lado; de aquí que a estos caballos se les
haya amaestrado para marchar al trote”.Son muy interesantes estas
descripciones, gracias a las cuales conocemos hoy la constitución
anatómica que los asturcones tenían hace dos mil años, y la curiosidad
de su trote diferente al del caballo normal, que al trotar apoya al
mismo tiempo en el suelo las patas anterior y posterior de los lados
opuestos; sin embargo, el asturcón hace precisamente lo contrario en su
trote, puesto que mueve simultáneamente las patas del mismo lado. Este
original movimiento es consecuencia de la adaptación de múltiples
generaciones de asturcones a los terrenos abruptos de montaña.
El principal peligro que padeció el asturcón hasta el
establecimiento de criadores específicos preocupados por él, fue la
introducción de caballos domésticos de otras razas con las que fue
cruzado y la pérdida de funcionalidad que sufrió con el consiguiente
cambio de orientaciones en su aprovechamiento como animal de trabajo,
contiguo a la evolución de las estructuras en la vida agraria.En la
actualidad se le considera como especie no salvaje en sentido estricto,
ya que los pocos ejemplares que quedan tienen dueño, agrupados la
mayoría de ellos en la Asociación de Criadores de Ponis de Raza
Asturcón.
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