lunes, 13 de junio de 2011

ME ENCANTA EL CABALLO


En un pequeño valle entre las montañas de la sierra Aitana, a la sombra del Puig Campana, se encuentra un remanso de paz y tranquilidad, habitado por caballos
Como comenté en uno de mis primeros post, hace algunos meses tuve la suerte de participar en un proyecto en el que se estudia la incidencia de terapias con caballos en mujeres con problemas. Acudo a terapia una vez a la semana, a un centro equestre a 15 minutos del centro de Alicante, Me cuesta horrores ir, tengo que salir antes del trabajo, para poder llegar allí a las 13.30 y al terminar, asearme rápidamente ya que tengo que estar a las 14.50 a las puertas del instituto de mi hija. Los Martes la recojo yo para descargar un poco al abuelo de tanta subida y bajada desde el centro de Alicante donde viven ellos, hasta la playa de San Juan, donde está el instuto de la niña. Como entro a trabajar a las cuatro, me toca tomarme un bocadillo, en el mejor de los casos. Pero la verdad es que es un esfuerzo que merece la pena.
Las sesiones son individuales de momento: llego, localizo a Frau y a Vero -mis terapeutas-, que normalmente están montando, entro en un pequeño despacho lleno de tratos, y después de localizar mi cuaderno en un cajón de plástico, me tomo las pulsaciones y la tensión y realizo el registro que consiste en anotar tensión y ritmo cardíaco, y en describir el estado de ánimo con el que llego. Acto seguido, me cambio y salgo hacia las cuadras dónde están los caballos que podemos usar.Elijo caballo, según me pida el cuerpo. Normalmente cojo a Rimbo que es muy simpático y juguetón, si está libre tambien me gusta mucho una yegua preciosa llamada Flaca, muy tranquila y buena. De momento son los dos con los que mejor me encuentro. Siempre con ayuda de Frauke, le coloco el cabezal (es algo que no consigo hacer!! me dá una rabia!, y mira que parece fácil, pero me hago un lio con las cuerdas, meto el hocico -el del caballo, se entiende- por dónde no debo, y si es Rimbo, se lo pasa pipa, mordiendo las correas, y poniéndomelo dificil. El cabezal es ingeniería de alto nivel para mi).
Bueno, el caso es que después de un buen rato y con ayuda, lo consigo y lo saco de la cuadra para atarlo a un enganche en una de las paredes. Allí lo cepillo, le peino las crines... lo acicalo, en fin... Vero y Frau siempre me preguntan qué me apetece hacer, según tenga el estado de ánimo. Al principio me gustaba montar(y me sigue encantando). Montamos a pelo, y Frau lleva al caballo, paseándolo mientras hacemos ejercicios de relajación, respiración, y tratamos de acompasar el cuerpo con los movimientos del caballo. Tumbarse sobre el animal mientras va al paso, es una de las experiencias más intensas... Imaginaos, al aire libre, respirando y escuchando campo, en sintonía con el animal.. ¡Te sientes por dentro!.
Otro ejercicio es dejar al caballo en un cercado, sin cabezal, totalmente libre. Puedes simplemente observar, o puedes meterte con él (podéis leer el post "Creer" en el que describo mi primera vez.) Y se debe tratar que te obedezca, que haga lo que tu quieras, con tu cuerpo, con tu intención, con tu mirada. Cuando lo consigues... entras en una sintonía con el caballo preciosa, es algo distinto del dominio, No sé como expresarlo. También hago cuerda. Llevas al caballo enganchado a una cuerda larga y, colocándote en el centro, hay que hacer que trote y que galope,, que pare, que cambie de sentido... que haga ejercicio. y la primera ves fué descorazonadora también, barro por todos lados, una cuerda larguisima que no sabía como manejar, y un caballo (Rimbo) que me tomaba el pelo como quería. Pero, cada vez me gusta más hacer cuerda. Me voy sintiendo más cómada y más segura. Al terminar, dejo al caballo en su cuadra, le doy las gracias y le quito el cabezal (eso sí que puedo).. Vuelvo al despacho, me tomo las pulsaciones y la tensión y describo mi estado anímico al terminar. Casi siempre más tranquilo y preparado para volver a la rutina diaria con ganas. Y si no con ganas, con cierta distancia. Una de las partes del proyecto es hacer terapia de grupo con caballos, y eso es lo que hemos hecho este fin de semana en Finestrat,

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